domingo, 26 de mayo de 2013

NO TE SIENTAS SOLO.

   


Marcos 14:32

Este es uno de los evangelios que relata el crucial momento de prueba en que Jesús se sintió aterrorizado. Por cierto, era Dios hecho carne. Todo lo que sufrió, lo sufrió en condición de hombre. El sabía que venía la hora de su muerte, de esa brutal agonía y derramamiento de sangre
-Padre, traspasa si es posible este vaso de mí
¡Qué dolor, qué soledad sintió el Señor! Fue tanto así que oró postrado al suelo. Su cabeza tocó la tierra, su sudor fue el aceite de su espíritu que se imprimió allí, en ese mismo lugar donde se imprimían las aceitunas en el jardín de Getsemaní.
Jesús sabía que su muerte sería tremendamente dolorosa, sabía de esas espinas, sabía que le escupirían. El cumpliría las Escrituras al pie de la letra. Toda esta agonía fue aún más grande cuando volvió a donde estaban los discípulos que lo acompañaron y los encontró durmiendo. Su soledad era completa.
Entonces volvió al lugar y oró pidiendo lo mismo a su Padre, pero siempre pidiéndole que se hiciera Su voluntad. Fue así que en dos oportunidades más volvió adonde sus discípulos y los halló durmiendo. Jesús sufrió allí solo, nadie le acompañó en su angustia. Ese fue el preparativo de lo que vendría: su muerte.
Jesús llevó sobre si nuestros pecados, los cargó y solo. Nadie le ayudó y he ahí el gran ejemplo de valor, la prueba que Jesús pasó. Siempre Jesús cumplió la voluntad de su Padre, y antes de morir sus palabras son claras:
- Consumado es, en tus manos encomiendo mi espíritu
Es claro Jesús hizo la voluntad del Padre y le entregó su espíritu en una muestra de plena confianza. El murió en forma voluntaria y su agonía y dolor se transformó en la seguridad de que vencería la muerte y ¡alabado sea DIOS porque así fue! Jesús resucitó, y ahora está a la diestra del Padre.
Nos dejó el gran ejemplo: si queremos superar las pruebas, debemos cumplir la voluntad de Dios, aún si estamos solos y sin apoyo. Dios está ahí y nos sostendrá. Si queremos pasar una prueba hagamos como Jesús. Pidamos que Dios haga su voluntad y nos transforme a su parecer
Fue tan grande el amor de Jesús que dio su vida y triunfó con fe por ti y por mí.

Si te sientes solo, ten fe y dile a Dios: "Has tu voluntad en mi vida". Hermano, así tu fe volverá, triunfarás e imitarás al Maestro, Jesús el modelo de vida.

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