EL ESPÍRITU DE NOÉ.
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
Para nadie es desconocido que la maldad tiende a multiplicarse también en estos tiempos, tal como nuestro Señor Jesucristo lo declaró, diciendo que en los postreros tiempos la maldad se multiplicaría y que el amor de muchos se enfriaría.
Por tal razón se hace imprescindible que retomemos la Palabra de Dios y rescatemos el espíritu que obró en Noé; pues aunque los designios de los pensamientos de los hombres de aquel tiempo era de continuo solamente el mal, Noé se destacó por ser diferente. El mundo no puede afectar nuestra nueva naturaleza, debemos conservar el Espíritu que Dios ha hecho morar en nosotros para que a pesar de lo peligroso de los tiempos, nos destaquemos por hallar gracia delante de Dios y de los hombres. El Espíritu en Noé lo llevó a comportarse diferente a pesar de estar rodeado de maldad.
Somos llamados a cambiar la atmósfera; se hace urgente que se manifiesten los hijos de Dios.
Profeta Patricia Quintero L.
